jueves, 27 de agosto de 2009

Lágrima
















Resbalas, caliente,
huérfana de pañuelo,
por el surco que un día
besó el frío.

Resbalas, llena de un ayer
congelado por la ausencia,
empañada de caminos
y borrosa de tinieblas.

No terminas de caer,
densa y pesada,
por este rostro
que tanto te conoce.

Cristalina y punzante
te posas, besando
estos labios casi inertes,
casi muertos.

Resbalas y caes, nuevamente,
contenida por un verso
que no acaba de nacer,
ni de morir.

Lloro...
y tú estás en cada lágrima que cae.


Ana Mª Álvarez ©

miércoles, 19 de agosto de 2009

Algo de mi
















Algo de mi...
cada gota de mi sangre que te bebes
te hace dueño de un fragmento de mi pluma,
te enriqueces con cada caricia al aire
que mis dedos surcan y pintan mis manos.
Y tus manos, párvulas, tan femeninas
que parecen casi no pertenecerte,
han escrito en servilletas de suspiros
nuestros labios, moribundos por besarse.
Algo mío va a morir cuando te marches,
ya murieron mis poemas en tus pasos,
incinero mi pasado y mi presente
con la muerte de tu abrazo endemoniado.

Ana Mª Álvarez ©

miércoles, 12 de agosto de 2009

Y duermo...

Allá entre las hojas,
donde el viento posa sus labios pegajosos,
y rezuma el cristalino rocío mañanero
como lágrimas de tinta indeleble,
me agazapo como el corzo ante la fiera.
El verde pasto se va tornando rojo,
y los lirios, bostezan lentamente,
para preñar a los curiosos insectos
con su amarillo polen azucarado.
Y allí, como un nardo truncado,
reposo a los pies del almendro, adormecida,
casi fundida tronco y hierba, flor y ramas,
difuminando violetas en mi pecho.
Sólo aguardo recoger el canto que la alondra
derrame en la corriente de ese río cercano:
va, fluye, no cesa, se desgrana...
como mi vida se desgrana...
Y duermo.

Ana Mª Álvarez ©

domingo, 9 de agosto de 2009

MENTIRÍA: Poema finalista en "POEMAS SIN ROSTRO IV"

Quisiera poder mentirte esta noche solamente
y decirte que no me abrazaría a tu recuerdo,
pero me duele más saberte en ese mundo de fantasmas
que cien agujas hilvanando mis ojos con azufre.

Decirte que no desearía oír tu voz de alambre
en la que infinitas veces, sin temores, me he posado,
pero me hiere más sentirte resbalar en mis silencios
que mil afilados sarcasmos servidos en platos fríos.

Déjame que te mienta, aunque sólo sea esta noche,
decirte que no guardaría tus lágrimas en un verso,
que no empaparía tu rostro y tus hombros con las mías,
que no moriría por ti,
sino contigo...
...y mentiría.

Ana Mª Álvarez ©2001

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