jueves, 18 de marzo de 2010
Nada importa
Araño los resquicios del alma con tu nombre,
la marco como huella de indeleble pasaje
de tu roce en mis labios, de tu piel en mi tibia
piel de ninfa doliente, malherida y sangrante.
Araño mis pupilas tras haberte mirado,
ya no existen mas ojos que tus ojos malditos,
me has robado el sosiego, me has robado la calma,
has segado mis mieses, me has prendido de fuego..
Y sin ti no soy nada. No importa. No soy nada.
No soy más que una roca cargada de vacío,
repleta de miseria, cubierta de pobreza;
un camino gastado, la sombra de los chopos,
la triste polvareda que levantan las reses.
No soy más que un antiguo retrato color sepia
guardado en una caja de lata en un armario,
nadie sabe que existo, ni quién soy, ni quién era,
y algún día una mano acabará arrugándome.
Y ya ves, no me importa, pues sin ti no soy nada.
Tan solo te suplico antes que me abandones
-si es que has de abandonarme, porque quizá lo hagas-
que no sea en invierno, ni de noche y con lluvia,
que no sea después de haberme amado tanto.
Tan solo te suplico que dejes en mi cuerpo
un beso que germine, un veneno que empape
mi sangre y mis entrañas, hasta que toda entera
tenga sabor a ti, a ti postreramente,
pues sin ti no soy nada, nada... Y nada importa.
Ana Mª Álvarez ©
Etiquetas:
mis poemas
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