miércoles, 2 de diciembre de 2015

Un día cualquiera de Diciembre


Miércoles. Hace frío. Nos levantamos como autómatas a hacer las mismas cosas que ayer, que el lunes, que el miércoles pasado. Repasamos mentalmente las tareas, empezamos la jornada...

Nos hemos vestido, maquillado y peinado. Pintamos una sonrisa en nuestro rostro. Pero nos damos cuenta que en lo más profundo de nuestro corazón hay tristeza. Siempre hay un poso de dolor que nos acompaña. Puede ser por no tener el trabajo que realmente deseamos, por carecer de él, porque tengamos a alguien muy cercano enfermo, por el sufrimiento constante que -sin querer- nos infringen nuestros hijos, por amor no correspondido, por amor doliente, por carencia de amor o por desamor...
Todos sin excepción llevamos debajo de la sonrisa mañanera una lágrima escondida que casi nadie sabe ver ni comprender, y mucho menos asomarse a buscarla.

Por eso, lucha, vive, ríe, sueña. Que nadie convierta esa lágrima en un manantial de tristeza. Y si no encuentras quien te comprenda, sé tú quien comprenda a los demás. Aunque el corazón te duela.

Es miércoles y hace frío, pero detrás de mi lágrima sigue habiendo mucho amor que dar...

martes, 28 de julio de 2015

Juan Ballester: Poema para escribir un poema

Escribir un poema es mirarte a los ojos
cuando la luz comienza a iluminar el día,
y las palabras brotan cumpliendo mis antojos
al mirar tus pupilas, porque tú eres poesía.

Escribir un poema es escuchar tu voz
que sale de tus labios llenando el universo,
poniendo en cada sílaba una lluvia de arroz,
dejando cada frase convertida en un verso.

Escribir un poema es celebrar tu piel
que corre por mis dedos igual que el agua mansa,
es llenar de manjares la sed de mi mantel
pues mi mano hacendosa de escribir no se cansa.

Escribir un poema es pronunciar tu nombre,
misterio capicúa, escandaloso y breve.
Es hacerme en tus brazos esposo, amante, hombre,
pozo de tinta en donde mi pluma se conmueve.

Escribir un poema es declararme tuyo,
es entregarme todo, es desnudarme entero,
ofrecerte mi vida y decir con orgullo
que te quiero, y te quiero, y te quiero y te quiero.


© Juan Ballester

viernes, 27 de marzo de 2015

Ensoñación

Te busco en cada calle, en cada árbol,
en todos los rincones, las aceras,
los pasos de peatones, los semáforos,
en cada escaparate.

Te busco como quien busca un secreto,
un ave en el bolsillo, un pez alado...
Tu sombra va atada a mis zapatos,
yo al eco de tus pasos.

Y en todos los lugares creo verte
te sigo, me persigues, me condenas,
me habitas en la vigilia del sueño
y me habitas despierta.

Ana Mª Álvarez Barroso © 2015

miércoles, 9 de julio de 2014

Adiós, Caballero Poeta, sigues vivo en nuestros corazones.





YO TE PUEDO QUERER

Yo te puedo querer como quiero a una rosa,
por tu aroma envolvente, por tu pétalo suave,
por tu espina exaltada, por tu color, quién sabe,
tal vez por otra cosa.

Yo te puedo querer como quiero a un jilguero,
por tu canto y tu risa, por tu voz como un trino,
por tu vuelo y tu estampa, no sé, no lo adivino,
sólo sé que te quiero.

Yo te puedo querer igual que quiero al viento,
por tu susurro quedo, por tu fuerza inasible,
porque lo llenas todo de un futuro posible,
de instantes que presiento.

Yo te puedo querer como quiero a la estrella,
por tu luz titilante, por tus lágrimas secas,
por adornar la noche y alterar mis muñecas,
por dejarme tu huella.

Sí, te puedo querer como si fueras fuego,
como antorcha encendida, como luciente llama,
por ser el lazarillo, el guía que reclama
mi corazón de ciego.

Yo te puedo querer como te quiero a ti,
como te quiero intacta, como te quiero entera,
yo te puedo querer, mujer, de tal manera
que es como si esta noche ya estuvieras aquí. 

lunes, 13 de enero de 2014

Finalistas del jurado del VIII Certamen Poemas sin Rostro 2013 y Ganador del Premio del Público

Los diez finalistas que pasan al jurado y por tanto a la final del VIII Certamen “Poemas sin Rostro, tal como nos comunica el coordinador del grupo de lectura de este certamen, son los siguientes:
Nº          Título                                                       Seudónimo
1             Síndrome de abstinencia ————--—Epímone
11           Un correo en la bandeja de entradaSylvia Borin
12           Los colores del mundo ———--—Yomateakenedi
15           Mi pluma y tu cuerpo ——–Adili Mur
16           Claro que lo recuerdo ——————–Hugo Rojas
20           Esencia …  —————————————-Impía
23           Solitud ———————————–Eva Luna
25           Mutación——————————Alytes
26           Quizá no te haya dicho  ————–Ausencias
28           Poema fácil de amor   —————LEIDEICÓN
¡Enhorabuena a los diez seleccionados!
En los próximos días se confirmará por correo electrónico a cada uno su condición de finalistas de este certamen.
*****************************
Tras la segunda ronda de votaciones para el Premio del Público de esta VIII edición del Certamen “Poemas sin Rostro” en la que han participado sólo los concursantes, ha resultado Ganador  del premio Especial del Público el poema :
Nª20           Esencia …————— Por Impía
Curiosamente  también ha quedado finalista entre los que se enviarán al jurado. ¡Nuestra doble enhorabuena!
Gracias por participar a esta “Generación de los 28″ y a todos los lectores y comentaristas  que han dejado sus opiniones.

viernes, 4 de octubre de 2013

Una carta sincera: maltrato emocional o psicológico. by TheSilvasFamily

Una Carta sincera .. Maltrato emocional o psicologico.. 


"Me dirijo a ustedes para recordar lo difíciles que son de demostrar los malos tratos psicológicos, y de lo sutiles y socorridos que suponen cuando se sabe que los físicos dejan marcas que delatan y son fácilmente denunciables. Pero el maltratador psicológico es consciente de que aquellos dejan amplias huellas intangibles tras de sí, con terribles secuelas, y casi más complicadas de retirar que las físicas. Y jamás se olvidan. Es una secuencia de destrucción psicológica, infringida por un ser muerto por dentro, con perdón (o sin él). Está devastado, consciente de su inutilidad, y convencido de ella, de lo que en realidad es y llega a disfrutar haciendo sufrir. Sintiéndose por encima de alguien, usándole a modo de chivo expiatorio (cuando menos una mujer), proyectando en ese alguien sus frustraciones y fracasos. Y además es cobarde. Incapaz de hacer ningún bien a nadie. Que utiliza y manipula a los demás. Maltrato psicológico. Esto es, también, una forma de destruir lentamente, poco a poco. Y escribir esto sin un ápice de rencor ni dolor ya (afortunadamente) me proporciona la objetividad suficiente para ver las cosas con claridad y valentía, aún con incredulidad de lograr sobrevivir cuerda a semejante episodio. Para describir la secuencia que emplean en muchos casos para destruir a su alrededor todo lo que tocan. Como Salomón pero a la inversa: convierten en nada todo lo que tocan. Y en concreto, destruyen la vida de aquel que le rodea, y a aquel a quien se acercan con esa energía negativa, generando mas negatividad y destrucción. No pueden evitar su dependencia de los demás y esa urgente necesidad de aprobación, pero necesitan sentirse por encima, ser más que. Y no pueden. Porque no lo son, ante la ley de igualdad de todos y cada uno de los seres humanos. Y lo saben. Y atacan hiriendo de muerte como respuesta de su supuesta y frenética supremacía. Primero te anula. Y te anula ignorándote. Impidiéndote que te expreses, que sientas por ti misma y que seas persona. Y cada vez eres más pequeña y más insignificante frente a él. O eso te hace saber él. Tú no vales. Y lo hace hablando única y exclusivamente de él. Sólo existe él y sólo puedes sentir a través de él. Porque está muerto y necesita recordarle al mundo constantemente que está vivo, o que quiere estarlo. Y cuando ya te han salido callos de escuchar su monólogo sobre su monotema, entonces te reprocha que no hablas, que no intervienes y se lamenta de su soledad. Pero te lo impide. Y bajo la aparente contradicción, toda una serie de asaltos para tirar abajo tu autoestima. Niega tu personalidad. Tu vida, pensamientos y sentimientos no existen. No tienen cabida en la relación. Son de mal gusto. Los suyos no. Va dejando caer sutil o directamente tu escasa valía, tu ingenuidad y poca inteligencia, y capacidad para desenvolverte. Nunca con tales palabras. Solo aseveraciones e interrupciones. Incluso sugerencias envenenadas. A su lado pierdes todo. Sólo él brilla. Tú y los tuyos sois restos de feria. De segunda y tercera categoría. Únicamente él sabe lo que es la vida y cómo disfrutarla, y tú nunca serás capaz de hacer nada sin él, ni por supuesto comparable a él. (Diálogo machacón: él, él, siempre él!). Jamás te asegura su cariño o sus sentimientos hacia ti. Su calor pende de un hilo muy frágil que en cualquier momento te puedes cargar si das un paso en falso. El ambiente se carga de tensión y angustia. Tus movimientos se limitan, tienes miedo a equivocarte en cualquier cosa, en no gustarle u ofenderle. Y la ansiedad te invade. Nunca estás relajada, nunca estás cómoda en su presencia, nunca más eres tú. No sabes con exactitud por qué, pero estás nerviosa día y noche. No puedes ni comer. ¿Fallaré hoy?¿Me dejará si hago esto o aquello?¿Puedo hablar de esto con él? Te niega su apoyo. Nunca tajantemente, pero te das contra un muro. Bajo apariencia de despreocupación, de relatividad de las cosas y de insultante frivolidad, él no está, no lo encuentras. Se esconde. Porque tu vida tiene que girar en torno a él y sólo a él. Tu vida no debería tener sentido si no es con él. Tú no tienes problemas. Sólo él. Tú no tienes vida. Sólo él. De ese relativo cariño, voluble y lábil, pasa al rechazo, en toda la extensión de la palabra y su significado. A la negación como pareja. Teme darse y mostrarse porque teme no ser lo suficiente bueno, porque sabe que no lo es. Y se deja. Eres tú quien lo pone y lo da todo. Pero nunca es suficiente, porque siempre puede ser mejor. Porque no eres suficientemente especial para entenderle y estar a la altura de sus circunstancias y grandezas. O simplemente te demuestra desprecio o asco. Simplemente no vales nada. Cualquiera podría ser mejor que tú. Así las amenazas de infidelidad (o las probadas) quedan justificadas. Siempre por tu culpa. Él no quiere, pero no eres capaz de hacerle feliz. Porque no accedes a todos sus deseos y demandas. Aunque sabes que daría igual. Nunca tiene suficiente. Siempre está por encima. Cuando te ha negado como pareja, como compañera y ha bombardeado sistemáticamente tu autoestima (sutilmente pero sin contemplaciones: hoy no pero mañana sí, hoy me sobras pero mañana te echo de menos, hoy me das risa pero mañana tengo sentimientos), cuando la humillación ha alcanzado cotas suficientes para él, cuando se ha regocijado en tu sufrimiento diarioprepara la escena. Monta el espectáculo. Tiene al actor principal, el decorado y multitud de desencuentros y vejaciones que han colmado tu paciencia. Nunca es directo. Nunca reconoce un error o un daño, porque él nunca se equivoca. Nunca palabras subidas de tono que le descubran, si te enfadas la culpable también eres tú. ¿La excusa? Cualquiera. Provoca que seas tú quien de el paso, una vez más la culpable. Cualquier motivo sirve: hablar claramente (cosa que él siempre evita), robarle protagonismo ante los demás (ante SU público) o simplemente ser mejor que él aunque sea sin quererlo. Y un día desparece, sin más. Te niega, por último, como persona en sí. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Sin más explicación. Porque no vales nada, y no mereces ni un por qué. Las explicaciones vuelven a ser de mal gusto. Desaparece, te desprecia, te humilla y te escupe en forma de negación rotunda. Ese desprecio que siente por la vida de cualquiera (ya no sólo por la de su víctima) no tiene parangón. Porque en definitiva no quiere, no sabe amar, a veces ni a él mismo. Y se siente impotente y frustrado ante su propia insensibilidad. Pero quiere, necesita ser amado. No soporta ser ignorado. Y ante esto cree que la única manera es causar lágrimas y dolor. Es lo único que sabe despertar en los demás. Si esto no es capaz de destruir a una persona, díganme que significa maltrato psicológico??

 Ver entrada original en el blog del autor: http://evesther.blogspot.com.es/2011/09/una-carta-sincera-maltrato-emocional-o.html

viernes, 6 de septiembre de 2013

Poema ganador del I Concurso de la Librería el Hidalgo

Había que continuar el primer verso del famoso poema de Federico García Lorca "La luna vino a la fragua..." y salió este poemilla:



La luna vino a la fragua
en busca de sus colores
para enamorar al sol
vestida de resplandores.
Pensaba arrancar los brillos
que desprendían los herreros
y hacerse un bello tocado
para prenderlo en su pelo.

"Sol amado, no te encuentro,
tú te vas cuando yo llego,
¿si me pongo tu color
prendido de mi cabello
te quedarás a mi lado
abrazándote a mi cuerpo?"

El río oyendo el lamento
así le dijo a la luna:
"No quieras ser como el sol,
porque como tú, ninguna.
Que si ese sol intuyera
lo que tú me haces sentir,
se moriría de celos
y correría hacia ti.
Porque en las noches oscuras
sólo tú, luna lunera,
eres mi único refugio
y mi única compañera.
Y cuando en mis aguas claras
te miras para peinarte
yo me bebo tu reflejo
para poder abrazarte.
Quédate conmigo luna,
sé mi amor, mi amante clara,
que yo te acompañaré
despierto en la madrugada."

La luna dejó la fragua
con ojos de enamorada,
y el río le dio un abrazo
llegando así la alborada...

Ana Mª Álvarez Barroso © 2013

Muchas gracias por vuestro cariño  http://www.libreriaelhidalgo.es/


martes, 2 de julio de 2013

domingo, 24 de febrero de 2013

Nadie mojaba el aire... by Antonio Gala


Nadie mojaba el aire
tanto como mis ojos.
Me decías:  "¿Trabajas?"
Me decías:  "¿Ya es la hora del té?"
Y yo no te decía:  "Te amo";
no te decía:
"Eres todo lo que tengo";
no te decía:
"Eres la única rosa en la que caben
todas las primaveras".
Me decías:
"Adiós, hasta mañana".
O me decías:
"¿Necesitas algo?".
Y yo no te decía:
"Me estoy muriendo
de amor... me estoy muriendo".
Nadie mojaba el aire
como yo.

Antonio Gala

domingo, 6 de enero de 2013

Te quiero a las diez de la mañana -by Jaime Sabines

Te quiero a las diez de la mañana,

y a las once, y a las doce del día.
Te quiero con toda mi alma
y con todo mi cuerpo,

a veces, en las tardes de lluvia.
Pero a las dos de la tarde,
o a las tres, cuando me pongo
a pensar en nosotros dos,
y tú piensas en la comida
o en el trabajo diario,
o en las diversiones que no tienes,

me pongo a odiarte sordamente,
con la mitad del odio
que guardo para mí.

Luego vuelvo a quererte,
cuando nos acostamos
y siento que estás hecha para mí,

que de algún modo
me lo dicen tu rodilla y tu vientre,
que mis manos me convencen
de ello, y que no hay otro lugar
en donde yo me venga,
a donde yo vaya,
mejor que tu cuerpo.


Tú vienes toda entera
a mi encuentro, y los dos
desaparecemos un instante,
nos metemos en la boca de Dios,
hasta que yo te digo
que tengo hambre o sueño.
Todos los días te quiero
y te odio irremediablemente.
Y hay días también, hay horas,
en que no te conozco, 
en que me eres ajena
como la mujer de otro.

Me preocupan los hombres,
me preocupo yo, 
me distraen mis penas.
Es probable que no piense en tí
durante mucho tiempo.
Ya ves.
¿Quién podría quererte
menos que yo, amor mío?

Jaime Sabines


domingo, 25 de noviembre de 2012

25 de Noviembre: Día Mundial contra la Violencia de Genero

FAMILIA TRADICIONAL

Miren se despierta en mitad de la noche. Siente vacía la otra mitad de la cama. Se incorpora y se sienta en el lateral, las manos frotándose la cara. Alza la cabeza, escuchando, y le llegan el rumor de la teletienda y los ronquidos de Peio que se ha vuelto a quedar dormido en la sala, con el televisor encendido. Rebusca a oscuras en la mesilla hasta encontrar un pitillo suelto y un mechero. Se pone en pie, despacio, y camina con cuidado, evitando los listones de madera que crujen. Entra en el baño, cierra la puerta tras de sí y abre la ventanita que da al patio. Le tiemblan las manos cuando intenta encender el cigarrillo. Da una profunda calada y exhala el humo hacia el patio, espantando moscas después para que el humo no se cuele dentro a delatarla. Entonces oye un gemido, casi inaudible para unos oídos que no sean los de una madre. Otro. Tira el pitillo por la ventana y va a abrir la puerta del baño cuando Jon empieza a llorar. No cariño no llores, por favor, y los gritos son de Jon pero Miren pone las lágrimas, agarrada al pomo de la puerta del baño, sin saber si salir a callar al pequeño o hacer caso a sus piernas y quedarse sentada en el suelo, no llores cariño, vas a despertar a papá.

Autor: Jesus Esnaola, del blog  El Doctor Frankenstein, supongo

martes, 20 de noviembre de 2012

Día internacional de los derechos del niño

Porque también el "nasciturus" tiene derechos...



"Carta de un hijo a su padre"



Para ti, cabrón: Porque lo eres, porque la has humillado, porque la has menospreciado, porque la has golpeado, abofeteado, escupido, insultado... porque la has maltratado. ¿Por qué la maltratas? Dices que es su culpa, ¿verdad? Que es ella la que te saca de tus casillas, siempre contradiciendo y exigiendo dinero para cosas innecesarias o que detestas: detergente, bayetas, verduras... Es entonces, en medio de una discusión cuando tú, con tu 'método de disciplina' intentas educarla, para que aprenda. Encima lloriquea, si además vive de tu sueldo y tiene tanta suerte contigo, un hombre de ideas claras, respetable. ¿De qué se queja?Te lo diré: Se queja porque no vive, porque vive, pero muerta. Haces que se sienta fea, bruta, inferior, torpe... La acobardas, la empujas, le das patadas…, patadas que yo también sufría.



Hasta aquel último día. Eran las once de la mañana y mamá estaba sentada en el sofá, la mirada dispersa, la cara pálida, con ojeras. No había dormido en toda la noche, como otras muchas, por miedo a que llegaras, por pánico a que aparecieses y te apeteciera follarla (hacer el amor dirías) o darle una paliza con la que solías esconder la impotencia de tu borrachera. Ella seguía guapa a pesar de todo y yo me había quedado tranquilo y confortable con mis piernecitas dobladas. Ya había hecho la casa, fregado el suelo y planchado tu ropa. De repente, suena la cerradura, su mirada se dirige hacia la puerta y apareces tú: la camisa por fuera, sin corbata y ebrio. Como tantas veces. Mamá temblaba. Yo también. Ocurría casi cada día, pero no nos acostumbrábamos. En ocasiones ella se había preguntado: ¿y si hoy se le va la mano y me mata? La pobre creía que tenía que aguantar, en el fondo pensaba en parte era culpa suya, que tú eras bueno, le dabas un hogar y una vida y en cambio ella no conseguía hacer siempre bien lo que tú querías. Yo intentaba que ella viera cómo eres en realidad. Se lo explicaba porque quería huir de allí, irnos los dos…Mas, desafortunadamente, no conseguí hacerme entender. Te acercaste y sudabas, todavía tenías ganas de fiesta. Mamá dijo que no era el momento ni la situación, suplicó que te acostases, estarías cansado. Pero tu realidad era otra. Crees que siempre puedes hacer lo que quieres. La forzaste, le agarraste las muñecas, la empujaste y la empotraste contra la pared. Como siempre, al final ella terminaba cediendo. Yo, a mi manera gritaba, decía: mamá no, no lo permitas. De repente me oyó. ¡Esta vez sí que no!–dijo para adentro-, sujetó tus manos, te propinó un buen codazo y logró escapar. Recuerdo cómo cambió tu cara en ese momento. Sorprendido, confuso, claro, porque ella jamás se había negado a nada.Me puse contento antes de tiempo.Porque tú no lo ibas a consentir. Era necesario el castigo para educarla. Cuando una mujer hace algo mal hay que enseñarla. Y lo que funciona mejor es la fuerza: puñetazo por la boca y patada por la barriga una y otra vez…Y sucedió.Mamá empezó a sangrar. Con cada golpe, yo tropezaba contra sus paredes. Agarraba su útero con mis manitas tan pequeñas todavía porque quería vivir. Salía la sangre y yo me debilitaba. Me dolía todo y me dolía también el cuerpo de mamá. Creo que sufrí alguna rotura mientras ella caía desmayada en un charco de sangre. Por ti nunca llegué a nacer. Nunca pude pronunciar la palabra mamá. Maltrataste a mi madre y me asesinaste a mí.Y ahora me dirijo a tí. Esta carta es para tí, cabrón: por ella, por la que debió ser mi madre y nunca tuvo un hijo. También por mí que sólo fui un feto a quien negaste el derecho a la vida.Pero en el fondo, ¿sabes?, algo me alegra. Mamá se fue. Muy triste, pero serenamente, sin violencia, te denunció y dejó que la justicia decidiera tu destino. Y otra cosa: nunca tuve que llevar tu nombre ni llamarte papá. Ni saber que otros hijos felices de padres humanos señalaban al mío porque en el barrio todos sabían que tú eres un maltratador. Y como todos ellos, un hombre débil. Una alimaña. Un cabrón.



Fuente: LA GACETA EXTREMEÑA DE LA EDUCACIÓNDe Fernando Orden Rueda. Curso 2º de Bachillerato, de Ciencias de la Salud. IES Bioclimático, de Badajoz.



II Premio del II Concurso Nacional 'Carta a un maltratador', convocado por la Asociación 'Juntos contra la violencia doméstica' 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Poema huelga -by Gioconda Belli

Quiero una huelga donde vayamos todos.
Una huelga de brazos, piernas, de cabellos,
una huelga naciendo en cada cuerpo.

Quiero una huelga
de obreros de palomas
de choferes de flores
de técnicos de niños
de médicos de mujeres.

Quiero una huelga grande,
que hasta el amor alcance.
Una huelga donde todo se detenga,
el reloj las fábricas
el plantel los colegios
el bus los hospitales
la carretera los puertos.

Una huelga de ojos, de manos y de besos.
Una huelga donde respirar no sea permitido,
una huelga donde nazca el silencio
para oír los pasos del tirano que se marcha.

Gioconda Belli


domingo, 12 de agosto de 2012

Punto y final

Porque ya estoy cansada
de escuchar exigencias y mandatos
que no te corresponden,
y mentiras, mentiras,
de esa imensa mentira que es tu vida.
.
Porque ya estoy cansada,
me niego a regalarte mis palabras,
ya no eres el que impera...
No eres tú quien no quiere:
soy yo la que se niega a hablar contigo.

Porque ya estoy cansada
de oir la misma historia adulterada,
cierro todas las puertas,
los ojos, los oídos y los labios.
Ya no tienes poder para obligarme.

Porque ya estoy cansada
te enterré hace años, ya estás muerto.
Dedícate a cuidarte
-tú sí lo necesitas-
y a adquirir los valores que te faltan.

Porque ya estoy cansada...
Nadie puede obligarme a ver tu rostro,
ya no te pertenezco
porque nunca fui tuya.
Entretente con tus nuevas marionetas.

Porque ya estoy cansada
de tu absurda prepotencia quinceañera.
Me hablarás con respeto
-pues no serás oído-
si alguna vez me digno a escucharte.

Porque ya estoy cansada,
y sigues empeñándote en negarlo,
la vida nos ha dado
lo que nos merecemos:
no llores por la siembra que has arado.

Y es que la vida es justa
poniendo a cada cual donde merece.
Tengo lo que merezco, no lo dudes.
Tienes lo que mereces, ya lo sabes.
Y porque estoy cansada
                         esta es la última
                                                palabra que te escribo.

Ana Mª Álvarez Barroso © 2012

domingo, 8 de julio de 2012

La gota fría

Observo tras los cristales tu abismo de gotas frías,
las aceras, encharcadas de una neblina esponjosa,
fueron testigos del llanto, acongojado y secreto,
que ha convertido mis sienes en un reloj sin agujas.
Hasta los más negros sueños que imaginarme pudiera
se filtraron sigilosos en mi negada vigilia;
en las tinieblas mordiéndome,
en la oscuridad matándome,
y tú sin poder escucharme, porque mi voz se perdía
en las esquinas redondas y los esteros del viento
de ese universo lejano, que con mis manos no alcanzo...
Y tus fantasmas me atrapan en telarañas de gasa,
les grito que no atormenten ni tus noches ni mis días.
Mientras tanto, cae la noche, con un titilar de estrellas,
y he rescatado un lucero para ponerlo en tu frente,
para que cuando resurjas de tu escabrosa negrura
llenes de luces celestes mis pérfidas madrugadas.

Ana Mª Álvarez © 2001

lunes, 14 de mayo de 2012

Eterna...


Porque no huele la rosa
encriptada en su silencio paginado...
así como dormita,
dormito en mi silencio.

Ana Mª Álvarez © 2003

lunes, 30 de abril de 2012

Voz en Verso: mi nuevo blog


















Pues sí. al fin me decidí. Quiero haceros partícipes de un blog recién inaugurado, en el que aún, y digo aún porque en breve iré añadiendo sus correspondientes entradas, no hay ningún post con audio... Es cierto, no lo he dicho, será un blog únicamente de recitados, y quiero ahí dejar mi voz con los poemas que más hondo llegan a mi alma...
Pasad y quedáos. Es vuestra casa.

viernes, 6 de abril de 2012

En la calle de la Feria - del Padre Ramón Cué - Recitado por Ana Álvarez



Si quieres escuchar el poema, pulsa play en el reproductor.


Ay, aquella ventanita
de la calle de la Feria,
donde se asoma la niña
de cutis azul y ojeras,
la niña que mira triste
y está enferma!
Siempre, cuando pasa el palio
verde de la Macarena
se para ante la ventana,
y como es la calle estrecha
saca su brazo de luna
y acerca el palio, y lo besa...
Y en el terciopelo verde
sus labios de rosa seca
dejan temblando un suspiro
junto a los flecos de seda:
-"¡Tú que pasas, Esperanza,
sáname, que estoy enferma!"
Y se cierran los cristales,
y la procesión se aleja,
y en el bordado del palio
una flor más centellea
como los ojos con fiebre
de la niña azul enferma...


Un año más. Viernes Santo.
Ya vuelve la Macarena.
Ya está junto a la ventana
buscando un beso su seda...
Por detrás de los cristales
se asoma la niña enferma...
Pero no sale, le daña
la brisa del alba fresca,
y tras la ventana llora
más azul cutis y ojeras...
En el palio tembloroso
que en el cristal se refleja,
ponen un beso sus labios
cárdenos de rosa seca:
-"¡Tú que pasas, Esperanza,
sáname, que estoy enferma!"
Y se pega a los cristales
su piel de cristal con venas,
y hay un sollozo en el alba
mientras la Virgen se aleja...


Un año más. Viernes Santo.
¡Ya no pases, Macarena!
¡Ya no te espera la niña
azul en la calle Feria!
No hay nadie tras los cristales,
nadie en la ventana ciega,
nadie que te ponga un beso...
¡Ya no pases, Macarena!
Que si al pasar, tus reflejos
en la ventana se espejan,
se quebrarán los cristales
de desilusión y pena,
como se quebró la vida
de la niña azul y enferma...
Ya no hay nadie en la ventana.
¡No pases ya, Macarena!


-"Deja que pase, que pase..."-
(cantó en el alba una estrella.)
"Ella aquí no es Esperanza,
ni yo aquí soy rosa seca.
Ella es toda posesión
y yo rosa fresca, fresca...
Que pase, si en mi ventana
se copia el palio, no temas,
me asomaré a mis cristales
para besarlo, hecha estrella,
y se quebrarán de gozo
como un aplauso en la fiesta..."


Viernes Santo. Madrugada.
¡Pasa, pasa, Macarena!

Poema perteneciente al libro "Cómo llora Sevilla..." del sacerdote y jesuita Ramón Cué Romano