miércoles, 22 de febrero de 2012

Cuando caiga la noche


Guardamos un secreto
en un rincón que lleva nuestros nombres,
detrás de la armadura,
detrás de los silencios,
detrás de los cristales temblorosos.

Hablamos sin palabras
de abrazos que perduren en el tiempo,
de dormir enlazados,
de un futuro conjunto,
rompiendo los espejos del pasado.

Ponemos nuestras cartas
en esta mesa abierta, boca arriba.
Yo no te pido nada...
tan sólo que me ames,
quizá, como jamás amaste a nadie.

Cuando caiga la noche
y trunques las cadenas que te atrapan,
estaré tras las sombras
aguardando el instante
de alojarme en tus brazos para siempre.

Ana Mª Álvarez © 2012

jueves, 16 de febrero de 2012

Prendida





















Te busqué en las pupilas
de aquellos que asombrados me observaban;
busqué entre las pisadas
una huella indeleble
que indicase tus pasos peregrinos.


Te busqué en las aceras,
en calles asfaltadas de desidia,
en las bocas de metro,
en los grises semáforos,
en las turbias callejas sin salida.


Cuando ya no buscaba
hallé todos los ojos en tus ojos,
y en la curva precisa
que dibujan tus cejas,
y en tus luengas pestañas traicioneras.


Me he prendido al discurso
de tu boca distrayendo a mi boca,
de tu lengua atrevida,
de tu piel en mis labios...
y los besos que ya llevan tu nombre.


Ana Mª Álvarez © 2012

miércoles, 15 de febrero de 2012

Quince de febrero -by Toño Jerez


El día quince de febrero deberían cerrar las floristerías, la piel perder lo que de tibio puedan tener las noches, el transeúnte hacer un discurso largo y extenso agradeciendo a los centros comerciales que nos recuerden amar. El día quince de febrero la cena del día anterior será un impertinente espejismo, una segura promesa de chantaje. Los infieles tendrán jornada continua, dejarán de llorar los amantes clandestinos y las espinas de las rosas podrán volver a admirar el color de los pétalos. El día quince de febrero volveremos a ser impares y el mal carácter del que algunos me acusan pasará de nuevo desapercibido. Volverán a ser cortejadas las putas y éstas olvidarán que el día catorce ninguna boca preguntó por ellas. El día quince de febrero el chocolate dejará de ser dulce: se suicidarán los anaqueles de las bombonerías. Nadie buscará con su nariz el calor de una espalda nocturna o la dulce propuesta de una nalga cuando amanece. El sexo perderá la complicidad de la otra piel. El látex no tendrá sabor a fresa. Costará más reconocer a los estúpidos. Todos podrán volver a ser infieles y los cursis temblarán de miedo ante el calendario y su extenso paisaje. El día quince de febrero podré volver a estar solo sin tener que esconderme, sin asustarme porque mi nombre no habitó ningún pedazo de voz ajena el día anterior. No tendré que permanecer a oscuras, ni elaborar excusas para los amigos. Todos podrán volver a mirarme sin sentir pena el día quince de febrero. Y, como cada año, volveré a preguntarme: ¿Cuándo coño celebraremos la soledad?


Toño Jerez de su libro CORTO DE TINTA


viernes, 10 de febrero de 2012