miércoles, 9 de julio de 2014

Adiós, Caballero Poeta, sigues vivo en nuestros corazones.





YO TE PUEDO QUERER

Yo te puedo querer como quiero a una rosa,
por tu aroma envolvente, por tu pétalo suave,
por tu espina exaltada, por tu color, quién sabe,
tal vez por otra cosa.

Yo te puedo querer como quiero a un jilguero,
por tu canto y tu risa, por tu voz como un trino,
por tu vuelo y tu estampa, no sé, no lo adivino,
sólo sé que te quiero.

Yo te puedo querer igual que quiero al viento,
por tu susurro quedo, por tu fuerza inasible,
porque lo llenas todo de un futuro posible,
de instantes que presiento.

Yo te puedo querer como quiero a la estrella,
por tu luz titilante, por tus lágrimas secas,
por adornar la noche y alterar mis muñecas,
por dejarme tu huella.

Sí, te puedo querer como si fueras fuego,
como antorcha encendida, como luciente llama,
por ser el lazarillo, el guía que reclama
mi corazón de ciego.

Yo te puedo querer como te quiero a ti,
como te quiero intacta, como te quiero entera,
yo te puedo querer, mujer, de tal manera
que es como si esta noche ya estuvieras aquí.