lunes, 10 de mayo de 2010

Des-amor





De nuevo a oscuras,
el cuerpo lánguido recrimina silencios avenidos
de una noche instalada a pleno día,
a pleno sol, y la piel sigue aterida
por tu ausencia.

No hay horizontes,
ni en tu risa, ni en tus manos aún cercanas.
Ha muerto el latido circunspecto que blandías
desde tu corazón latifundista, antes mío,
-quizá antes, quizá nunca-.

Soñé caricias nuevas
un extraño agosto, fecundo y desnudo, inusitado.
Acaso un día la lumbre nos quemó la piel, las sábanas,
los abrazos vertidos cuerpo a cuerpo.
Quizá me amaste...

Hoy es lunes. Vacío.
De nuevo a oscuras, con una rosa en mi regazo
que gime la certeza del destierro.
Discierno desde las sombras adheridas
tu desprecio certero.

No quedan lunas,
no quedan haces de luz sobre mi cama angosta;
pronunciaste el desamor y he muerto, sola,
con heridas y estigmas, destilando amargura.
Abandonada al llanto.

Cuando muere el amor, muere el poema
que una vez escribiste en mis entrañas.

Ana Mª Álvarez @ 2010