jueves, 18 de febrero de 2010

Acomodada...





















Acomodada en el sosiego de tu imagen
y atormentada por el peso de las horas
repito mi nombre...
...y mi nombre no responde.
Y esa bruma, espesa, inesperada,
que hace tiempo me acompaña silenciosa,
cada día se asemeja a tu recuerdo
inmóvil e incoloro.
Pero no puede un segundo parecerse,
ni acercarse a mis pupilas ni a mi cuerpo,
esa sombra que ha usurpado tu silencio
de ausente nombre muerto.

Ana Mª Álvarez © 2003