lunes, 21 de diciembre de 2009

Celos -con recitado-





















CELOS (O EL DOLOR DE NO TENERTE)

El dolor de no tenerte
en cada abismal instante,
destrozaría los relojes
y los segundos que te pertenecen.
Mi no pertenencia;
envolvente tu risa,
risa afilada como puñal
que atraviesa el aire que respiro.
Me duelen los minutos
descarnados por la brisa,
ella te cubre a cada instante
y yo, me derrumbo al no tenerte.
Sonreíste al vacío y mi remanso
contuvo la turbulencia
de no acuchillar tus labios;
no he de permitir,
ni lo permito,
que regales a nadie tal alhaja.
Esos rubíes...
que de tanto ansiarlos
considero que son míos.
Ellos, y tu efigie,
tu ondulante cabello,
el precipicio de tus ojos
donde me permito sucumbir
sin temor y sin recelo,
y la marea de tus besos.
Me perteneces...
como me pertenecen los celos
por no poder aprisionarte
con estos brazos que te extrañan.
Parsimoniosamente...
Busco la fórmula
de restar tus miradas a otro punto
y sumarlas a las mías.
Entre tu risa y mis ojos
vuela el cuchillo de mis celos.
Con ellos podré herirte,
amarrarte, desangrarte...
hacer que sucumbas
en la hiedra de mis brazos.
Seré la urna donde postrarte
para alejarte de otras pieles,
de otros ojos que te dibujen,
de otra brisa que te acaricie.
Poseerte sin rozarte...
como pieza de museo
de incalculable valor.
Porque me perteneces,
o tal vez así lo deseo.
Tanto deseo, tantos celos...
Asesinaré la constante angustia
que me convierte en chacal,
para no tener que devorar,
sangrientamente,
aquello que pueda rozarte.
Y si huyeses,
si al vislumbrar el color
de las llamas de este fuego huyeses,
embalsamaré tu cuerpo
para inmolarlo entre las sombras,
mi propia sombra,
y el dolor de no tenerte.

Ana Mª Álvarez ©



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martes, 1 de diciembre de 2009