domingo, 10 de octubre de 2010

Hoy llueve






















Hoy llueve demasiado, los cristales se quejan,
el necio tintineo rebota en mis oídos,
silban árboles tristes sus tristes sinfonías
mecidas por el viento, sus hojas temblorosas.

Hoy llueve demasiado. Te retengo en mi mente
como el niño retiene un pájaro en su mano,
fundidas piel y pluma en un solo latido,
a cual más tembloroso. La lluvia me atormenta.

Hoy llueve y te recuerdo -no quiero recordarte-
diciéndome que vuelva a casa más temprano,
tus manos armoniosas enhebrando una aguja,
tus manos tejedoras de caricias de escarcha.

No quiero imaginarte. Ojalá esta lluvia,
que arranca un cadencioso lamento a los cristales,
no moje tus cabellos, ni tus párpados blancos,
ni tu blanca sonrisa... ¡No quiero imaginarte!

Pero esta lluvia triste que empapa mi vacío
también cala los huesos de los que están ausentes.
Los árboles susurran tu nombre entre las hojas.
Hoy llueve demasiado.
Hoy llueve...
llueve...
llueve.

Ana Mª Álvarez Barroso ©