sábado, 2 de julio de 2011

Acaso



Acaso fue la noche, embriagada de aromas,
causante de un embrujo repleto de poesía,
o el puente iluminado, o la luna en el río
o tu voz susurrante rimándole a la brisa.

Acaso fue un instante de manos enlazadas,
o el mar de tu mirada, transparente y furtiva,
o la laguna negra de mis ojos llorosos
conteniendo cascadas de tormentos ocultos.

Acaso los andenes pararon los relojes
presenciando un abrazo efímero y eterno.
Escribiste en mi boca un verso inacabado...
y aún me queman los labios cuando pienso en los tuyos.

Ana Mª Álvarez Barroso @ 2004

1 comentario:

juan ballester dijo...

La belleza del poema es solo comparable con la belleza y la magia de aquel momento que tuvimos la suerte de compartir.
Un beso.