miércoles, 2 de diciembre de 2015

Un día cualquiera de Diciembre


Miércoles. Hace frío. Nos levantamos como autómatas a hacer las mismas cosas que ayer, que el lunes, que el miércoles pasado. Repasamos mentalmente las tareas, empezamos la jornada...

Nos hemos vestido, maquillado y peinado. Pintamos una sonrisa en nuestro rostro. Pero nos damos cuenta que en lo más profundo de nuestro corazón hay tristeza. Siempre hay un poso de dolor que nos acompaña. Puede ser por no tener el trabajo que realmente deseamos, por carecer de él, porque tengamos a alguien muy cercano enfermo, por el sufrimiento constante que -sin querer- nos infringen nuestros hijos, por amor no correspondido, por amor doliente, por carencia de amor o por desamor...
Todos sin excepción llevamos debajo de la sonrisa mañanera una lágrima escondida que casi nadie sabe ver ni comprender, y mucho menos asomarse a buscarla.

Por eso, lucha, vive, ríe, sueña. Que nadie convierta esa lágrima en un manantial de tristeza. Y si no encuentras quien te comprenda, sé tú quien comprenda a los demás. Aunque el corazón te duela.

Es miércoles y hace frío, pero detrás de mi lágrima sigue habiendo mucho amor que dar...

1 comentario:

Unknown dijo...

Pero qué bien escribes...