lunes, 10 de mayo de 2010

Des-amor





De nuevo a oscuras,
el cuerpo lánguido recrimina silencios avenidos
de una noche instalada a pleno día,
a pleno sol, y la piel sigue aterida
por tu ausencia.

No hay horizontes,
ni en tu risa, ni en tus manos aún cercanas.
Ha muerto el latido circunspecto que blandías
desde tu corazón latifundista, antes mío,
-quizá antes, quizá nunca-.

Soñé caricias nuevas
un extraño agosto, fecundo y desnudo, inusitado.
Acaso un día la lumbre nos quemó la piel, las sábanas,
los abrazos vertidos cuerpo a cuerpo.
Quizá me amaste...

Hoy es lunes. Vacío.
De nuevo a oscuras, con una rosa en mi regazo
que gime la certeza del destierro.
Discierno desde las sombras adheridas
tu desprecio certero.

No quedan lunas,
no quedan haces de luz sobre mi cama angosta;
pronunciaste el desamor y he muerto, sola,
con heridas y estigmas, destilando amargura.
Abandonada al llanto.

Cuando muere el amor, muere el poema
que una vez escribiste en mis entrañas.

Ana Mª Álvarez @ 2010

jueves, 15 de abril de 2010

La renuncia






















Resopla nuevamente un viento frío,
la vida traza el curso indifente,
¿acaso nadie nota esta corriente,
tan gélida, envolviéndome en vacío?

No necesito verme. Está sombrío
mi rostro -ya hay arrugas en mi frente-.
La noche se derrama, y en mi mente
aumenta un pozo negro y cruel de hastío.

Imploro que una mano justiciera
desgarre mi costado, firme y fuerte,
y que la oscuridad -puñal- me hiera.

Reniego de mi interno mundo inerte.
¡Reniego de la vida aunque me quiera!
¡Reniego hasta que anide en mi la muerte!

Ana Mª Álvarez @

lunes, 5 de abril de 2010

Video entrega de premios "Amor en el tiempo" Canal-Literatura


Es grato tener el recuerdo de momentos entrañables, tanto en imágenes como en video. Y gracias a canal-literatura es posible que pueda compartir con vosotros un instante muy especial para mi, como fue la entrega de premios Amor en el tiempo, donde tuve la suerte de recibir la 1ª mención especial. Reconozco que me cuesta mucho presentarme a concursos, pues nunca veo la suficiente calidad en mis textos como para enviarlos. Ahora me alegro de haber presentado tal microrelato: "Y tú te irás". Con él mi pequeño homenaje a la maravillosa historia de amor entre Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí. Para leer el texto pinchad en entradas antiguas 2009-Junio, con el título anteriormente mencionado.

Canal-Literatura, muchas gracias por el video y gracias por todo.

jueves, 18 de marzo de 2010

Nada importa






















Araño los resquicios del alma con tu nombre,
la marco como huella de indeleble pasaje
de tu roce en mis labios, de tu piel en mi tibia
piel de ninfa doliente, malherida y sangrante.

Araño mis pupilas tras haberte mirado,
ya no existen mas ojos que tus ojos malditos,
me has robado el sosiego, me has robado la calma,
has segado mis mieses, me has prendido de fuego..

Y sin ti no soy nada. No importa. No soy nada.

No soy más que una roca cargada de vacío,
repleta de miseria, cubierta de pobreza;
un camino gastado, la sombra de los chopos,
la triste polvareda que levantan las reses.

No soy más que un antiguo retrato color sepia
guardado en una caja de lata en un armario,
nadie sabe que existo, ni quién soy, ni quién era,
y algún día una mano acabará arrugándome.

Y ya ves, no me importa, pues sin ti no soy nada.

Tan solo te suplico antes que me abandones
-si es que has de abandonarme, porque quizá lo hagas-
que no sea en invierno, ni de noche y con lluvia,
que no sea después de haberme amado tanto.

Tan solo te suplico que dejes en mi cuerpo
un beso que germine, un veneno que empape
mi sangre y mis entrañas, hasta que toda entera
tenga sabor a ti, a ti postreramente,

pues sin ti no soy nada, nada... Y nada importa.

Ana Mª Álvarez ©

jueves, 18 de febrero de 2010

Acomodada...





















Acomodada en el sosiego de tu imagen
y atormentada por el peso de las horas
repito mi nombre...
...y mi nombre no responde.
Y esa bruma, espesa, inesperada,
que hace tiempo me acompaña silenciosa,
cada día se asemeja a tu recuerdo
inmóvil e incoloro.
Pero no puede un segundo parecerse,
ni acercarse a mis pupilas ni a mi cuerpo,
esa sombra que ha usurpado tu silencio
de ausente nombre muerto.

Ana Mª Álvarez © 2003

domingo, 17 de enero de 2010

No siempre...






















No siempre es de día. Ni palpitan
los pétalos al soplo susurrante
del sol, desnudo y cálido, abrazando
las pálidas cornisas del oriente.
Hay veces que amanece y es de noche,
que nunca se ilumina mi ceguera;
las pálidas estrellas se desvisten
negándome su luz, lejana y fría.
No siempre amanece en la mañana.
Lo sé, siempre lo supe. Lo confieso.
Amanecí en tus ojos hace mucho,
después de pasar la medianoche.
Pero no siempre es de día en mi mirada,
ni en tu cuerpo, lejano, inescrutable;
hay lilas deshojadas en los prados
que un día nos ofrecieron su lecho.
No siempre es primavera en este invierno,
no siempre duermo, siempre estoy soñando;
no siempre muero, siempre estoy muriendo...
...no siempre, no. Y no siempre amanece.

Ana Mª Álvarez @ 2003

domingo, 10 de enero de 2010

Cuando nazcas




















Vendrás una mañana esplendorosa,
radiante como un sol de primavera,
y el cielo tocaré por vez primera
besando tus mejillas color rosa.

Vendrás y una campana clamorosa
habrá de repicar por peteneras,
quizá por alegrías...Si supieras
que aguardo tu llegada, inquieta, ansiosa.

Acogeré tu cuerpo en mi regazo
repleto de mi arrullo, como un río,
que fluya interminable con mi abrazo.

Con besos y ternura no habrá frío
sino calor de madre. Y un pedazo
de mí siempre serás. ¡Ay, hijo mío!



Ana Mª Álvarez ©

lunes, 21 de diciembre de 2009

Celos -con recitado-





















CELOS (O EL DOLOR DE NO TENERTE)

El dolor de no tenerte
en cada abismal instante,
destrozaría los relojes
y los segundos que te pertenecen.
Mi no pertenencia;
envolvente tu risa,
risa afilada como puñal
que atraviesa el aire que respiro.
Me duelen los minutos
descarnados por la brisa,
ella te cubre a cada instante
y yo, me derrumbo al no tenerte.
Sonreíste al vacío y mi remanso
contuvo la turbulencia
de no acuchillar tus labios;
no he de permitir,
ni lo permito,
que regales a nadie tal alhaja.
Esos rubíes...
que de tanto ansiarlos
considero que son míos.
Ellos, y tu efigie,
tu ondulante cabello,
el precipicio de tus ojos
donde me permito sucumbir
sin temor y sin recelo,
y la marea de tus besos.
Me perteneces...
como me pertenecen los celos
por no poder aprisionarte
con estos brazos que te extrañan.
Parsimoniosamente...
Busco la fórmula
de restar tus miradas a otro punto
y sumarlas a las mías.
Entre tu risa y mis ojos
vuela el cuchillo de mis celos.
Con ellos podré herirte,
amarrarte, desangrarte...
hacer que sucumbas
en la hiedra de mis brazos.
Seré la urna donde postrarte
para alejarte de otras pieles,
de otros ojos que te dibujen,
de otra brisa que te acaricie.
Poseerte sin rozarte...
como pieza de museo
de incalculable valor.
Porque me perteneces,
o tal vez así lo deseo.
Tanto deseo, tantos celos...
Asesinaré la constante angustia
que me convierte en chacal,
para no tener que devorar,
sangrientamente,
aquello que pueda rozarte.
Y si huyeses,
si al vislumbrar el color
de las llamas de este fuego huyeses,
embalsamaré tu cuerpo
para inmolarlo entre las sombras,
mi propia sombra,
y el dolor de no tenerte.

Ana Mª Álvarez ©



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martes, 1 de diciembre de 2009

lunes, 9 de noviembre de 2009

Sólo soy




















SÓLO SOY

No soy la señorita remilgada
que tú crees,
que todos imaginan,
¿qué sabe nadie lo que pienso?
Lo que escribo...
Sí, lo que escribo
en servilletas de papel alguna tarde
sombría, a borbotones,
sin que nadie me aplauda
cuando no digo justicia,
hambre, frío ni patera.

No, no soy yo la remilgada
que tú esperas,
que él espera,
que hace tiempo el mundo espera.
Me cansé de llorar
ríos de tinta asonantada
que se varan en la orilla equivocada.

No soy yo
la que ellos creen,
la que creíste ver de lejos;
Soy la que grita a los espejos empañados,
la que rompe los cuadernos,
la que te clava los ojos
por no arrancártelos,
la que te besa
por no morderte,
la que te muerde
por no hablarte...
La que te habla cuando,
por no ser remilgada,
te regala esta servilleta manchada de gritos
y mordiscos clavados en los ojos,
sin palabras.

No soy yo
la que ellos creen.

Sólo soy
la que tú ves
cuando te miro.

Ana Mª Álvarez ©

martes, 27 de octubre de 2009

Me nombraste




















Me nombraste aquel día de junio enamorado,

sonó el eco ambarino que iluminó mi sombra,
más allá de las calles, las viejas azoteas,
las piedras, las aceras, las tristes alamedas.

Me nombraste, y me supo a menta y a canela
tu aliento entrecortado posándose en mis labios,
promesas inocentes florecieron sonoras
en el rumor del aire, en las manos asidas.

Tumultuoso baile de mi nombre en tu boca,
brotarte desde dentro, como agua de arroyo,
más allá de los sauces, más allá de las hojas
que cimbrean silentes su verde silueta.

Acaso, desde el alma, sentí que florecía
de la espina una rosa, de la noche una estrella,
de tu boca saberme que estoy viva y existo.
Me nombraste...
y tornaste mi invierno en primavera.

Ana Mª Álvarez ©

lunes, 19 de octubre de 2009

Si Dios fuera mujer - Mario Benedetti (Recitado)



¿Y si Dios fuera una mujer?
Juan Gelman

¿y si dios fuera mujer?
pregunta juan sin inmutarse

vaya vaya si dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas

tal vez nos acercáramos a su divina
desnudez
para besar sus pies no de bronce
su pubis no de piedra
sus pechos no de mármol
sus labios no de yeso

si dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos sida o pánico
nos contagiaría su inmortalidad

si dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos
sino que nos aguardaría en el zaguán del
infierno
con sus brazos no cerrados
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles

ay dios mío dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería
qué venturosa espléndida imposible
prodigiosa blasfemia

martes, 13 de octubre de 2009

Nombrarte














Nombrarte, sólo eso, me llena de esperanza,
me renueva el aliento, me colma de ilusiones,
florece de mi boca un ramo de suspiros
que, alados, se pasean buscándote en el tiempo.

Nombrarte en mi silencio, decirte "estoy contigo",
decirte "hoy te recuerdo", decirte "no estás solo";
musitarte susurros que el aire desvanece
y que el eco del viento llevará hasta tu cama.

Nombrarte y no tenerte, pensar en los andenes,
recordar ese beso furtivo sin relojes,
nombrarte acariciando tus manos en penumbra
la noche en que escribiste poemas en mi cuerpo.

Nombrarte, sí, nombrarte, para traerte cerca,
para tenerte cerca, para amarte despacio;
que la luna nos mire y guarde este secreto,
y su luz sea la colcha que nos cubra de sueños.

Nombrarte, amor, nombrarte. Escribirte en el libro
de mi vida vacía que con tu nombre lleno,
grabar tu nombre a fuego en mi alma gastada...
nombrarte, sólo eso, ya es decirte "te quiero".

Ana Mª Álvarez @

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miércoles, 7 de octubre de 2009

Después de ti





















Después de ti la vida,
amor, tras tu mirada
de cristal y de lumbre
que se apaga.
De lenguas conjugadas
y morfemas,
metonimias y apócopes.

Después de ti la tierra,
por ti, por tus raíces,
por las hojas escritas,
por tus libros,
por tus besos floridos,
por tus versos,
-tus hijos siempre infantes-.

Después de ti mi muerte,
me pierdo sin tu alma,
fenezco si feneces,
-sí, fallezco-
pues eres vida, esencia,
tú mi aire, mi materia.
Y no quiero que ella,
-¡sí, la tierra!-
(tan sólo,
sólo yo)
te posea.

Ana Mª Álvarez ©

viernes, 2 de octubre de 2009

Madre, hoy llueve...




















Hoy llueve demasiado, los cristales se quejan,
el necio tintineo rebota en mis oídos,
silban árboles tristes sus tristes sinfonías
mecidas por el viento, sus hojas temblorosas.

Hoy llueve demasiado. Te retengo en mi mente
como el niño retiene un pájaro en su mano,
fundidas piel y pluma en un solo latido,
a cual más tembloroso. La lluvia me atormenta.

Hoy llueve y te recuerdo -no quiero recordarte-
diciéndome que vuelva a casa más temprano,
tus manos armoniosas enhebrando una aguja,
tus manos tejedoras de caricias de escarcha.

No quiero imaginarte. Ojalá y esta lluvia,
que arranca un cadencioso lamento a los cristales,
no moje tus cabellos, ni tus párpados blancos,
ni tu blanca sonrisa... ¡No quiero imaginarte!

Pero esta lluvia triste que empapa mi vacío
también cala los huesos de los que están ausentes.
Los árboles susurran tu nombre entre las hojas.
Hoy llueve demasiado.
Hoy llueve...

llueve...

llueve.

Ana Mª Álvarez ©

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Si no fuera por ti...

Si no fuera por ti, por tu dulzura,
por esa sencillez que te corona,
por tu palabra ágil cual paloma
que envuelve mi tristeza con blancura.

Si no fuera por toda la locura
que nace, se desata y que se asoma
al borde de tus labios, mi persona
jamás se llenaría de ternura.

Si no fuera por ti, mi triste suerte
no se hubiese tornado en alegría.
¡Bendito fue encontrarte y conocerte!

Recorreré a tu lado día a día
este dulce sendero de quererte.
Si no fuera por ti... me moriría.

Ana Mª Álvarez ©

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viernes, 18 de septiembre de 2009

Otoño




















Es otoño, fuera llueve. Las calles se han encharcado
de hojas secas y grises, de árboles ya desnudos,
las aceras se convierten en tristes museos muertos,
de vestigios, antes verdes, de vida sobre las ramas.

Los suspiros van viajando, sin maletas ni equipaje,
en manidos autobuses, y sin billete de vuelta;
el sol se hace candil, escondido tras las nubes,
y se duermen las estancias, antes repletas de brillos.

Se han congelado las olas, esperando otro verano,
y ahora el frío se adueña de mi piel entumecida.
Y te espero entre las hojas ocres de árboles ocres;
tengo frío, dame abrigo, fuera llueve. Es otoño.

Ana Mª Álvarez ©

domingo, 13 de septiembre de 2009

AMANECÍ -con recitado-




















Amanecí en tus brazos

como una mariposa en una rosa,
posada en tu regazo,
cual gota de rocío
fundiendo tu latido con el mío.

Amanecí impregnada
del suave destilar de nuestros cuerpos,
de arrullo entrelazado,
yo era hoja, tú viento,
y ambos un susurro y un lamento.

Amanecí vestida
de besos de tu lengua tejedora,
de manos artesanas
moldeando mi cintura,
fundiéndome en delirios de ternura.

Amanecí en un lecho
de pétalos de rosas y jazmines
donde anida el futuro
de un amor sin barrera.
Diciembre se cuajó de primavera.

Ana Mª Álvarez ©

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lunes, 7 de septiembre de 2009

El pecado






















Te espero cabizbaja y temblorosa
sin saber qué motivo
me acerca hasta un pecado
que nunca cometí, y hasta parece
que hubiera cometido.

Mis párpados no se alzan hacia el cielo.
Ya tu rostro se traza
en las hojas caducas;
serpea por el suelo hasta mi sombra
como una amenaza.

Me turbas, y me inquietas, y me asusta
este latir intenso;
yo era ángel, y loca
voy directa al infierno.
He perdido mis alas, mi cordura,
...por pensar en tu boca.

Ana Mª Álvarez
©

viernes, 4 de septiembre de 2009

SOUND OF SILENCE (El sonido del silencio)

Proyectando al infinito
el delirio incesante que atormenta
y que acusa mi silencio ensordecido,
cada noche, sin sudario que amortaje
mi cuerpo destrozado,
-aunque él no lo sabe-
aunque tú no lo sepas,
aunque nadie lo sepa,
¿Qué importa?

Los objetos no entienden de palabras,
ni los hombres entienden de la danza
infinita de las velas en el sueño.
Ese sueño-muerte
donde todos morimos, un poco más,
casi naciendo;
proyectando delirantes, sin sudario
-¿a quién le importa?-
nuestro silencio ensordecido.

Ana Mª Álvarez ©

jueves, 27 de agosto de 2009

Lágrima
















Resbalas, caliente,
huérfana de pañuelo,
por el surco que un día
besó el frío.

Resbalas, llena de un ayer
congelado por la ausencia,
empañada de caminos
y borrosa de tinieblas.

No terminas de caer,
densa y pesada,
por este rostro
que tanto te conoce.

Cristalina y punzante
te posas, besando
estos labios casi inertes,
casi muertos.

Resbalas y caes, nuevamente,
contenida por un verso
que no acaba de nacer,
ni de morir.

Lloro...
y tú estás en cada lágrima que cae.


Ana Mª Álvarez ©

miércoles, 19 de agosto de 2009

Algo de mi
















Algo de mi...
cada gota de mi sangre que te bebes
te hace dueño de un fragmento de mi pluma,
te enriqueces con cada caricia al aire
que mis dedos surcan y pintan mis manos.
Y tus manos, párvulas, tan femeninas
que parecen casi no pertenecerte,
han escrito en servilletas de suspiros
nuestros labios, moribundos por besarse.
Algo mío va a morir cuando te marches,
ya murieron mis poemas en tus pasos,
incinero mi pasado y mi presente
con la muerte de tu abrazo endemoniado.

Ana Mª Álvarez ©

miércoles, 12 de agosto de 2009

Y duermo...

Allá entre las hojas,
donde el viento posa sus labios pegajosos,
y rezuma el cristalino rocío mañanero
como lágrimas de tinta indeleble,
me agazapo como el corzo ante la fiera.
El verde pasto se va tornando rojo,
y los lirios, bostezan lentamente,
para preñar a los curiosos insectos
con su amarillo polen azucarado.
Y allí, como un nardo truncado,
reposo a los pies del almendro, adormecida,
casi fundida tronco y hierba, flor y ramas,
difuminando violetas en mi pecho.
Sólo aguardo recoger el canto que la alondra
derrame en la corriente de ese río cercano:
va, fluye, no cesa, se desgrana...
como mi vida se desgrana...
Y duermo.

Ana Mª Álvarez ©

domingo, 9 de agosto de 2009

MENTIRÍA: Poema finalista en "POEMAS SIN ROSTRO IV"

Quisiera poder mentirte esta noche solamente
y decirte que no me abrazaría a tu recuerdo,
pero me duele más saberte en ese mundo de fantasmas
que cien agujas hilvanando mis ojos con azufre.

Decirte que no desearía oír tu voz de alambre
en la que infinitas veces, sin temores, me he posado,
pero me hiere más sentirte resbalar en mis silencios
que mil afilados sarcasmos servidos en platos fríos.

Déjame que te mienta, aunque sólo sea esta noche,
decirte que no guardaría tus lágrimas en un verso,
que no empaparía tu rostro y tus hombros con las mías,
que no moriría por ti,
sino contigo...
...y mentiría.

Ana Mª Álvarez ©2001

Pulsa aqui para escucharlo en la voz de Clips, de radio41ypico

jueves, 30 de julio de 2009

Aplastamiento de las gotas - Julio Cortázar



Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

Julio Cortázar.