Y no lo sabes,
porque nunca escuchaste los gorjeos
del primer pajarillo, amaneciendo,
te has dejado hasta la piel en esa cuenta,
que pendiente, cargas como cruz de muerte.
No lo sabes, ni siquiera te imaginas
los colores de la vela que entre sombras
me besaba, y tú dormías destilando
el dolor de tu pupila enmascarada.
No lo sabes... porque tampoco quisiste
entender que te he aguardado y te he soñado;
no podré ver florecer esas espinas,
pero sangro... lloro y sangro.
Y no lo sabes.
Ana Mª Álvarez ©
viernes, 13 de marzo de 2009
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1 comentario:
Una pequeña joya... como todo lo que escribes.
Un beso
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